Hola amigos, hoy por la mañana he tenido una reflexión traslapada, sobre lo predecibles que somos las personas. Normalmente nos creemos los reyes del mambo, creemos que nadie puede con nosotros, que somos impredecibles y super guays.
Pero la verdad amigos es que hasta nuestro hijo de 8 años es capaz de mentirnos y manipularnos para sacarnos lo que quiere.
En esta ocasión estaba reflexionando sobre un capítulo del Mentalista, una serie que trata sobre Patrick Jane, un mentalista que se dedica a atrapar criminales junto a la policía. Cuando carecen de pruebas, Patrick es capaz de idear trucos mentales con tal de que el criminal confiese, cometa un error... En fin, logra que haga lo que quiera a través de la manipulación mental.
En el capítulo 6x16 del Mentalista, Patrick Jane y el FBI se enfrentan a un ladrón de obras de arte que ha cometido un asesinato.
Ellos saben quien es el criminal, pero no tienen ni idea de donde tiene las obras de arte robadas, ni tampoco pruebas del crimen ni de otros robos.
Así que Patrick traza un plan. Se hace pasar por un marchante de arte, y consigue que el criminal vaya a su casa, donde le enseña varias de sus obras (prestadas por la policía), para tentarle.
El truco funciona, y el criminal amenaza a Jane y roba algunas obras valiosas. Parece que todo va bien, pero en el piso inferior les espera la policía. El criminal logra huir de la mansión, pero se topa con un camión de la basura. Cambia de dirección y se introduce en un callejón, pero pasa un coche con la música alta y se esconde. Luego sigue por el callejón, pero se da cuenta de que al otro lado de la calle hay un desfile musical que atrae toda la atención, así que decide meterse por un estrecho callejón secundario y sale a otra calle.
En esa calle, ve un taxi y lo hace parar. Le dice la dirección a la que quiere ir, y el taxista le lleva. Una vez el criminal ha llegado a su guarida, aparece de nuevo el FBI y le atrapa con las manos en la masa, las obras robadas a Patrick y las obras robadas de otros atracos.
Resulta que el camión de la basura, el coche con música, la orquesta, y el taxi, todo había sido puesto ahí por Patrick Jane para lograr que el criminal siguiera un derrotero concreto hasta llegar al taxi, donde un policía se hacía pasar por taxista. De esta forma logran atraparle en su guarida.
El criminal se sintió un genio al lograr escapar, se confió. No podía esperar que todos esos elementos externos habían sido puestos ahí para manipularle. No contempló la posibilidad.
Así pues, sintiendo que había tenido éxito, que nadie estaba encima suyo, cometió el error de llevar a los policías a su guarida de arte robado.
Es una forma más de control mental. Si nos aseguramos de que nuestra víctima crea que nadie la manipula, y que todas las decisiones que toma son propias, no sospechará de nada ni nadie.
Lo cierto es que somos más manipulables de lo que creemos, y nos gusta pensar que nuestras ideas y decisiones son nuestras. Pero ¿realmente lo son?
En fin, esta es la reflexión, pensad en ello.
Os dejo el vídeo de la persecución. Recordad que el camión, el coche, la banda musical y el taxi han sido preparados. Y si queréis ver el capítulo completo, pues tenéis que buscarlo por internet ;)
Todos somos manipulados.... no nos escapamos ni uno. El sistema está ideado para ser manipulados. Y cada vez más.
ResponderEliminarY la religión ha sido y sigue siendo uno de los mejores medios para hacerlo.
RL, esta serie me gusta... jejeje
Yo pienso que sí, somos predecibles y se nos puede manipular. No tiene sentido toda la cantidad de anuncios, de publicidad que se invierte, si eso no fuera así.
EliminarNuestros hijos a los pocos años se pueden dar cuenta de como sacarnos cosas con manipulación. Es algo innato en las personas, y todos somos manipuladas y manipulamos hasta cierto grado.
Influimos en nuestras parejas, nuestros hijos, amigos... Si es gente que nos quiere, en realidad es más fácil.
La WT más en concreto, lleva más de un siglo haciendo prueba y error, y ha aprendido a manipular a la gente muy bien.Si le pones la oreja a su mensaje en un momento de debilidad, es fácil caer en el juego.